Dos de los más importantes eventos deportivos indoor a nivel planetario, los campeonatos mundiales de baloncesto FIBA y los campeonatos del mundo de atletismo indoor llevan la marca Made in Italy. Aunque en toda su historia nunca se han celebrado en una localidad italiana.
Los campeonatos mundiales de baloncesto FIBA, nacidos en 1950, son “hijos” de las Olimpiadas. Y como ellas, aunque de manera menos evidente, su desarrollo muestra los cambios geopolíticos que el mundo ha atravesado en los sesenta años desde que se instituyeron. La idea de crear un campeonato mundial específico para el baloncesto nace del inesperado éxito de público que los partidos de baloncesto habían cosechado durante las Olimpiadas de 1948. De este modo, ya desde el inicio, se decidió que, al igual que los juegos olímpicos, los campeonatos se celebrarían cada cuatro años, intercalados entre una Olimpiada y otra.
Basta con echar un rápido vistazo a los lugares donde se celebraron y al medallero para intuir que en toda la década de los 50 la lucha por la supremacía en el baloncesto era un asunto que básicamente afectaba a América. Las primeras cinco ediciones, desde 1950 a 1967, se celebraron todas en Sudamérica, una en Argentina, otra en Chile, otra en Uruguay y dos en Brasil. Y en las primeras cuatro finales el vencedor fue Argentina, Estados Unidos y Brasil dos veces consecutivas. Pero en la final de Montevideo de 1967, las cosas cambiaron, pues se jugaron el título la Unión Soviética y Yugoslavia, selecciones que después ganarían dos títulos cada una, antes de que desaparecieran como países. Hoy existe otra selección que lleva el nombre de de Yugoslavia, pero que representa solo a Serbia, por lo que es considerada como la heredera indirecta de la anterior y los dos títulos que ha conquistado, venciendo en 1998 y 2002 no se suman a los anteriores.
Aparte de la conspicua presencia de Estados que ya han desaparecido, entre los aspectos curiosos del medallero destaca el rendimiento discontinuo de Estados Unidos. Después del oro conquistado contra Brasil en 1954, los americanos volvieron a subir a lo más alto del podio durante la friolera de 32 años, hasta 1986. En algunas ediciones, el equipo norteamericano ni siquiera ha conseguido llegar a las semifinales. Algo raro, considerando la popularidad de este juego en el país que lo inventó y la absoluta supremacía técnica y atlética de sus grandes equipos.
En realidad, esta inconstancia es una consecuencia del escaso interés que durante mucho tiempo el mundo del baloncesto americano mostró por lo que sucedía fuera de sus fronteras. En la primera edición, se invitó a participar al equipo de aficionados de una fábrica de automóviles, que incluso logró conquistar la plata, pero su derrota en la final contra Argentina marcó a su modo un cambio histórico porque por primera vez un equipo de EE. UU era derrotado en una competición internacional .
Para los americanos el campeonato estaba viciado por dos problemas de fondo. El primero era la “A” final de FIBA, Federación Internacional de Baloncesto Amateur, ya que excluía a los grandes jugadores de los equipos de la NBA. Siempre quedaban los futuros profesionales que militaban en los equipos universitarios, pero éstos tenían poco interés en participar porque no veían ventajas para su futura carrera compitiendo contra selecciones que dejaban indiferentes a sus seguidores y a sus patrocinadores.
Las cosas cambiaron cuando en 1989, la FIBA decidió quitar la palabra “amateur” de su nombre, aunque conservando la “A” de la sigla, ya que coincide con la segunda letra de baloncesto. Al mismo tiempo, la calidad del baloncesto mundial ha ido creciendo de manera exponencial, con un número cada vez mayor de equipos capaces de competir contra EE. UU. con sus mismas armas. Así, mientras por un lado crecía el interés americano hacia el campeonato mundial y Estados Unidos formaba equipos con jugadores de primerísimo nivel, por otra parte los campeones americanos se enfrentaban a selecciones capaces de mostrar su valía y que estaban decididas a no dejarse intimidar por su fuerza.El resultado fue que después de haber conquistado el primer puesto en 1994 contra Croacia, el equipo de EE. UU. se iría siempre de vacío hasta 2010, cuando un equipo cuajado de campeones de la NBA, después de 16 años, volvió a adjudicarse la copa del mundo en la final de Estambul.
Esta edición del año 2010 fue en cierto modo histórica también por otro aspecto: dos de las tres selecciones ganadoras de medallas, Turquía con la plata y Lituania con el bronce, eran debutantes absolutas en el campeonato. Un podio, el de Estambul, que dice mucho sobre el camino que el baloncesto mundial ha recorrido en estas seis décadas.
Aunque Italia fue uno de los ocho socios fundadores de la FIBA en 1932, nunca ha organizado el Campeonato del Mundo y la selección italiana nunca ha conseguido conquistar una medalla. Solo dos veces, en 1970 y 1978, llegó a semifinales, ocupando el cuarto puesto.
A pesar de esto, en 2010 había mucho de Italia en la final del mundial que Turquía preparó entusiastamente para que fuese “el mejor mundial de todos los tiempos”, como nos dijo el director del torneo Predrag Bogoslavljev. Italiana fue la superficie de juego Fast Break System 2 Wood producida por Mondo. Italianos también los marcadores electrónicos Mondo en los que los espectadores, sentados en confortables asientos italianos Mondoseat 5, seguían el resultado de los partidos cada vez que los jugadores introducían el balón en las canastas italianas Mondo.
Uno de los problemas que suelen afligir a los grandes eventos deportivos internacionales es el destino de los edificios construidos para la ocasión una vez que se han apagado los focos del gran evento. En el caso del campeonato de Turquía, “todas las inversiones han sido pensadas para convertirse en la herencia más importante del evento y satisfacer las exigencias de la ciudad”, puntualiza Bogoslavljev. Basta con echar un vistazo al calendario de los próximos eventos de relieve internacional previstos en el Sinan Erdem Dome para ver que no se trata de las típicas palabras de circunstancias. No solo el estadio se ha convertido en la casa de los principales equipos de baloncesto de la ciudad, el Efes Pilsen y el Fenerbahçe Ülker, sino que en marzo de 2012 albergará los campeonatos del mundo de atletismo indoor. Después, un mes más tarde, le tocará el turno a los campeonatos mundiales de natación en piscina semiolímpica. Y desde 2011 a 2013, gran tenis femenino con los WTA Tour Championsip, el torneo que cierra la temporada después de los cuatro del Gran Slam.
Esta posibilidad de usos tan distintos ha sido posible por la decisión clave de utilizar desde el principio el pavimento Fast Break System 2 que, gracias a su exclusivo sistema de montaje y desmontaje rápido, permite montar y quitar en poco tiempo la superficie de juego, sin que los equipos adviertan la más mínima diferencia respecto a las prestaciones de una perfecta pista fija.