Fabricantes, proveedores de servicios, instituciones y centros de investigación y universidades aúnan fuerzas en estas asociaciones para impulsar la innovación y el desarrollo del deporte.
El denominado modelo de innovación de triple hélice se suele utilizar para definir qué es un clúster: la interacción entre las empresas de la industria de un determinado sector (tanto con actividades similares como complementarias), los centros de conocimiento (como universidades y centros de investigación) y las administraciones públicas para fomentar el desarrollo económico y social de dicho sector. Los clústeres acostumbran a tener una dimensión regional y ya existen este tipo de asociaciones para múltiples sectores, como la salud, la energía, la construcción, el audiovisual o la automoción, entre un largo etcétera.
El sector del Deporte no es una excepción, pero el modelo de clúster no está tan implantado como en otras actividades económicas. En la actualidad existen en España cuatro clústeres deportivos en activo (el Clúster Catalán de la Industria del Deporte (Indescat), el Clúster del Deporte y Ocio de Extremadura, el Clúster Gallego de la Industria del Deporte y el Bienestar y, desde hace unos pocos meses, el Clúster de la Industria del Deporte de la Comunidad Valenciana), a los que pronto se podrían sumar otros en Andalucía, Canarias o Aragón.
Zaragoza acogió el pasado mes de abril el Encuentro Nacional de la Industria del Deporte, organizado por la Federación de Asociaciones de Gestión del Deporte de España (FAGDE), en el que se reflexionó sobre la posible creación de una red estatal de clústeres deportivos. Esa red también estaría abierta a la integración del Clúster d’Esports d’Andorra.
El estudio de benchmarking de clústeres del deporte elaborado para el Gobierno vasco define a los clústeres deportivos -basándose en la definición de Porter (1998)- como «una concentración geográfica de organizaciones interconectadas que incluyen empresas que ofrecen productos o servicios relacionados con el deporte, entidades deportivas profesionales y amateur, institutos de educación e investigación vinculados a ellas y órganos de gobierno que ejercen control e influencia sobre las mismas».
Entre los objetivos de estos clústeres están dar mayor visibilidad al deporte como sector de actividad económica; impulsar la colaboración y la comunicación entre los miembros del clúster para, por ejemplo, desarrollar proyectos innovadores o investigaciones que redunden en el beneficio común; estrechar lazos con otros clústeres del mismo sector en otros territorios; financiar proyectos de I+D+i de interés común; ganar influencia en foros de decisión o impulsar la internacionalización de sus socios, entre un largo etcétera.
Más allá de España, esta apuesta por la colaboración y la cooperación en el ámbito deportivo ya se ha desarrollado en múltiples países, existiendo otros clústeres deportivos de referencia como el Cluster Sports & Technology de Eindhoven (Países Bajos), la Fondazione Sportsystem de Italia o la European Surf Industry Manufacturers Associaction (Eurosima), con sede en Francia, entre un largo etcétera. A nivel europeo también se puso en marcha la EU4SPORTS Clusters Alliance, un proyecto cofinanciado por la Comisión Europea que integraba varios clústeres deportivos de distintos países de la UE (entre ellos, el clúster catalán Indescat).
También existen clústeres a nivel internacional, como es el caso del Clúster Internacional del Pádel, constituido en el año 2020 y que en la actualidad suma 125 asociados.