Esperando a que comiencen las competiciones de atletismo, el Estadio Olímpico de Londres está recuperando su aspecto original, con la pista Mondotrack de color rojo que vuelve a ser la protagonista absoluta mientras se espera a los atletas. Una de las operaciones más delicadas, durante las 80 horas de trabajo necesarias para desmontar el enorme escenario creado para la ceremonia de inauguración, ha sido el traslado del fuego olímpico, que fue emplazado en la entrada sur del estadio. Durante su traslado, la llama permaneció encendida dentro de una farola especial, parecida a la que utilizan los mineros, dentro de la cual pasó toda la noche. La llama fue encendida nuevamente con la antorcha olímpica por uno de los portadores de los juegos de Londres de 1948, Austin Playfoot. El pebetero, proyectado por Thomas Heatherwick, mide 8,5 metros de altura y está formado por 204 brazos de acero e igual número de platillos de cobre, cada uno de los cuales lleva grabado el nombre de uno de los países participantes en Londres 2012. Al finalizar los juegos, cada selección recibirá un platillo y el fuego dejará de existir.