No ha sido ni uno, ni dos, ni tres. Tampoco cuatro, ni cinco, ni seis… Son 10 los campos municipales de fútbol que en un periodo de tres meses han sido instalados con césped artificial en Zaragoza. Una cifra récord en un tiempo récord y un proyecto pionero que podría marcar una tendencia ‘eco-eficiente’ para otras ciudades españolas.
El rostro de Zaragoza ha venido cambiando desde la Exposición Internacional del Agua en 2008. Las riberas del río Ebro cobraron vida, convirtiéndose en una nueva y amplia zona de ocio sano; modernos puentes terminaron de unir ambos lados de la ciudad; el Parque del Agua, con cerca de 120 hectáreas, pasó a ser un nuevo pulmón verde, y los carriles para las bicicletas comenzaron a surcar toda la ciudad.
Pero el legado ‘verde’ de la Expo continúa y varias calles de la capital aragonesa se han transformado en peatonales, los autobuses urbanos ecológicos van sustituyendo a los que producen emisiones de dióxido de carbono, y de los 10.000 semáforos que cuenta la ciudad, dos tercios se iluminan ya con lámparas de tecnología LED.
Los visitantes encuentran una ciudad más amable, más abierta, más concienciada con el medio ambiente. Y es que si durante la Expo de Zaragoza se habló de la ‘Marea Azul’ para referirse a un contingente de voluntarios concienciados con el medio ambiente y la sostenibilidad, quizás, ahora se puede hablar del surgir de una nueva marea, ésta de color verde.
Se trata de la iniciativa municipal realizada en el primer trimestre de 2011 que consiste en sustituir el césped natural de los campos de fútbol municipales por césped artificial. Una medida eco-eficiente que genera beneficios sociales, económicos y ambientales.
El 10 de enero de 2011 se ponía en marcha la cuenta atrás. El objetivo era concluir el 30 de marzo de 2011, es decir en menos de tres meses, la instalación de césped artificial en 10 campos de fútbol zaragozanos. Un equipo de 70 personas se puso manos a la obra; sabían que fabricar e instalar un campo de fútbol 7, les llevaba alrededor de seis semanas, y uno de fútbol 11, unas 12 semanas, ¿pero cómo podrían instalar no uno, ni dos, sino de 10 terrenos de juego de manera simultánea?
“El objetivo se complicaba más aun al descubrir que algunos de los campos estaban asfaltados, otros eran de tierra y otros ni existían”, recuerda Miguel Mendo, Jefe de la Unidad de Instalaciones Deportivas del Ayuntamiento de Zaragoza.
Es decir, que no se trataba de una simple sustitución de material, sino de completar unas instalaciones en toda regla: Se colocaron depósitos de riego, canaletas, bordillos, iluminación, marcadores, banquillos; muros y cerramientos metálicos, puertas de acceso, equipamientos y hasta graderíos.
El resultado fue incluso mejor de lo esperado. “No cabe duda, el plazo ha sido de récord. En realidad, el plazo establecido en el pliego de prescripciones técnicas para los campos de fútbol 11 era de 180 días y se ha realizado casi en menos de la mitad”, comenta Mendo. “Fue excelente, nos hemos sorprendido nosotros mismos, de la rapidez y eficiencia que hemos demostrado en esta operación”, asegura Manuel Gómez, director de Grandes Cuentas de Mondo Ibérica, con una gran satisfacción. “Nos sentimos satisfechos por la ejecución de los trabajos, tanto en plazo como en calidades de acabado”.
Para explicar las ventajas de este innovador proyecto, Manuel Gómez defiende la cada vez más consciente asimilación de la relación entre la sostenibilidad, el diseño y el valor añadido. “Se han aplicado recursos para economizar en electricidad y en agua, dotando las instalaciones de encendido a media carga torre a torre y un programa de riego lo más breve posible para cumplir con las exigencias de juego, pero a su vez buscar el ahorro”, y añade que también “se ha buscado un mantenimiento lo menos costoso posible de las instalaciones”.
De hecho, un campo de fútbol de hierba natural requiere unos 3.000 litros de agua al día, tres veces más de lo necesario para un campo artificial. A esto hay que añadirle la necesidad de un abonado mensual y el uso de productos químicos, como herbicidas, fungicidas, insecticidas, resiembra y marcaje.
Para Mendo las razones para iniciar esta ‘marea verde’ están muy claras desde hace tiempo, de hecho, ya son 29 los terrenos de juego municipales transformados. “La primera ventaja es la rentabilidad de uso del campo: Mayor número de equipos de entrenamientos y partidos”, asegura. Un argumento que Gómez secunda con cifras contundentes. De acuerdo a estudios comparativos realizados en diversos estadios españoles, en aquellos campos que poseen césped artificial, el terreno de juego está “inutilizable” un promedio de 154 días al año. Esto se debe a la necesidad de abonar el campo, realizar trabajos de resiembra, tratamientos contra enfermedades o por simple lluvia que empantana el terreno.
Esto significa que el aprovechamiento anual de un campo de césped natural es de unas 618 horas al año, mientras que las de uno de césped artificial es de 2.880 horas, una diferencia de un 366 por ciento más. Esa diferencia permite a su vez ofrecer más horas de alquiler del campo. Y al fin y al cabo, si las horas de uso aumentan, también el número de usuarios que pueden disfrutar de las instalaciones. Así por ejemplo, el promedio de usuarios al año es de 17.304 en un campo natural y 82.080, en uno de césped artificial.
Pero además, el ahorro en costes de explotación y mantenimiento es sustancial: Los gastos en el caso de un campo de césped natural es de aproximadamente 25.000 euros al año, mientras que con el césped artificial, apenas alcanza los 4.000 euros anuales aproximadamente.
El director de las instalaciones deportivas municipales de Zaragoza destaca que “no menos importante es el confort, la limpieza y la seguridad para los jugadores, la excelente amortiguación y la resistencia al desgaste” a la hora de elegir este tipo de superficie. Es por ello que desde hace muchos años “el Ayuntamiento de Zaragoza confía en el buen hacer y en la calidad de los productos de Mondo. El césped instalado es de ultima generación y sus características y prestaciones son muy bien valoradas por los clubes gestores de los campos municipales”.
De hecho, cree que esta ‘marea verde’ fácilmente se extenderá a otros ayuntamientos, ya que “los gestores del deporte en otras ciudades ya son conscientes de las ventajas del césped artificial”.
La gama de césped artificial instalado en estos 10 campos es Monofibre 3NX con 60 mm de altura. Este césped está diseñado para deportes como el fútbol donde la superficie es duramente castigada por la gran cantidad de usuarios y la explotación intensa. Cualidades como durabilidad y resistencia adecuadas, entre otras permiten alta rentabilidad de las instalaciones, mínimo mantenimiento y reducción del riesgo de lesiones en el deportista.